Americano: ¡Buenos Días! Voy a mirar mi teléfono.
Malasia: No tiene electricidad.
A: ¡Pero lo conecté anoche al enchufe!
M: Olvidaste encender el interruptor que tienen todas los enchufes para tu conveniencia.
A: ¡Pero está en la dirección de encender!
M: No, aquí el abajo es encender.
A: Bien, no importa. Entonces me ducharé.
M: Aquí hay un gran aparato confuso que controla la agua.
A: Ah, electricidad en la ducha no parece como un buen—
M: Está completamente seguro, con tal que sabes como usarlo correctamente. ¿No veas las características convenientes para seguridad?
(Anota primero del cable rodeado en cinta eléctrica.)
A: Parece que ni los botones ni los diales hacen nada.
M: Quizás olvidaste encenderlo también.
A: Bien. ¿Dónde queda el interruptor?
M: En el otro cuarto, obviamente.
A: Vale. Ya lo enciendí. ¿Como manejo el—
M: ¡AHORA AGUA ESTÁ EN TODOS PARTES! Wáter, fregadero, piso, techo, toalla. Todo está mojado, sólo para tu conveniencia.
A: {Murmurando} Si solo hubiera una cortina de ducha, no sería una problema.
M: ¿Una qué de ducha?
A: Bien, bien. Suficiente del ducha. Usaré el wáter ahora.
M: Aquí hay una manguera conveniente que puedes usar en lugar de papel higiénico.
A: ¿Una qué conveniente? Bien, supongo que el papel higiénico ya esta mojado de todas maneras. Ok, mire. Simplemente voy a vestirme.
M: ¡Por favor lo haces! Tu camisa está un lío arrugado porque no existe una secadora en ningún parte.
A: Pero— Yo— No, espere. Esta bien. Traje una vaporera para ropa. Ese eliminaré las arrugas inmediatamente.
M: Entonces, vas a conectarla al enchufe.
A: Pues, solo voy a… em…
M: ¿Dónde está su convertidor de electricidad?
A: {suspiro} En casa. Una hora de lejos.
M: Vaya. Pues, buena suerte con esto. No importa, porque el interruptor del enchufe está apagado.
A: ¿Quizás el desayuno?
M: Aquí hay las bananas más pequeñas del mundo, queso que no puedes untar el los panecillos caseros raros que te dio un amigo de un amigo… ay, y algo de curry indonesio pesado que va a sentirse muy bonito en tu estómago tan temprano, hecho por un estudiante, así que por supuesto tienes que comerlo porque la cultura local valora tan fuerte la hospitalidad. Espero que te gusta coco; ¡está en el arroz!
A: Quizás regreso a dormir.